viernes, 8 de octubre de 2010

Reseña de la novela "Apuntes para una biografía" de A. Ramponelli

XII RESEÑA DE LA NOVELA “APUNTES PARA UNA BIOGRAFÍA” de Alberto Ramponelli
“UN PÁJARO NEGRO SOBREVUELA LOS MÁRGENES”

Esta novela de Alberto Ramponelli presenta varios niveles de lectura, uno micro y otro macro. Seguramente podría desgajarse en más pero prefiero ceñirme a estos dos. En principio me parece que esta obra intenta abarcar lo inabarcable y logra aproximarse a este objetivo con notable justeza. Parte de la llegada de este oscuro personaje, Edward Echenique, quien regresa a la Argentina deportado desde los Estados Unidos. Con aparentes buenas intenciones, intenta formar en nuestro país un grupo de avanzada espiritual en los años setenta. Esta idea, un poco copiada de las experiencias que él ha vivido en el país del norte, resulta inapropiada para ser aplicada a nuestra realidad de entonces. Con el objetivo de poder llevar adelante su proyecto, decide sumarse a los grupos de izquierda y usarlos de pantalla para lo que sería su meta final.
En un corto lapso logra fascinar a un nutrido grupo de jóvenes que se suman activamente a su proyecto. Todo funciona bien hasta que en el año 1978 es secuestrado por los militares que lo confinan en un batallón ubicado en el sur del país y lo obligan a trabajar para ellos. Allí fue obligado a darles clase para iniciarlos en los secretos del esoterismo. Aquí el autor relaciona hechos puntuales de la época con los conocimientos esotéricos en una concreta alusión a López Rega, la triple AAA y la aspiración de poder del almirante Massera.
El resto del tiempo, Edward Echenique debía estudiar bajo la custodia de un soldado de apellido Pérez, siempre temiendo que lo asesinaran. Este temor lógico se transforma en paranoia con el correr del tiempo hasta que lo liberan a fines de 1983 pero ya se la ha inoculado al pobre soldado Pérez, condenado a convivir con ella el resto de su vida.
El secuestro es visto desde la ventana por su compañera Mirna Pablic, su mujer y socia en la escuela de esoterismo. Luego de ver esa escena, Mirna informa a los alumnos. Ellos corren la voz y se dispersan para salvar sus vidas. Mirna huye a la provincia de Córdoba. Allí se refugia en la casa del hermano de su padre y se conecta con un investigador del fenómeno OVNI. Con el tiempo formará pareja repitiendo el mismo esquema de vinculación que tenía con Echenique.
Suly, otra de las alumnas, viaja al exilio y se queda en Paris donde conoce a Dana, una chilena con quien forma una pareja homosexual. Ambas están conectadas con los grupos de izquierda latinoamericanos exiliados en París.
Scally, ex novio de Suly, se refugia en Irlanda en casa de sus parientes y tiene una historia con su prima Marion. Ella quiere ser astróloga y, durante la estadía de Scally en Irlanda, le vaticina a su primo que él se irá y no volverán a verse nunca más. Cuando su vaticinio se cumple, ella sigue escribiéndole por un tiempo. Scally ahora está casado con una profesora de matemáticas llamada Alicia que no sabe de esta historia entre primos.
El día que Scally recibe la última carta de su prima, aprovecha que su mujer trabaja esa tarde para buscar una caja donde guarda información sobre Edward Echenique. Comienza así a escribir la biografía de este personaje con el título de la novela, en una verdadera puesta en abismo del texto.
El cura Santiago o Willy, un personaje con doble vida –sacerdote y actor- encarna la radical duplicidad de los seres humanos y la pregunta “¿Quién soy?”.
Hay algunos personajes menores dentro de la novela que no son alumnos de Edward Echenique. Uno de ellos es el isleño Santos que delata al grupo cuando están pasando una temporada en el Tigre, mientras asesina -a causa de una infidelidad- a su mujer Luisa y a su amante el Uruguayo. Su crimen es ocultado por la policía que le debe el favor de haberles proporcionado esta información.
El otro personaje que no pertenece al grupo de discípulos es el soldado Pérez que es quien tiene a su cargo la custodia del maestro esotérico Echenique durante su confinamiento en el sur.
Los apuntes del narrador, puestos en la boca de los diversos personajes le dan al texto un movimiento envolvente, circular, coral, de lenta aproximación que engaña al lector. Éste cree que descubrirá algo trascendental al terminar de leerlos. Hay datos que se van sumando, pero el misterio de Edward Echenique sigue en pie una vez terminada la novela: ¿quién fue?, ¿a qué vino?, ¿estaba en sus cabales?, ¿era un fraude?, ¿qué matriz extranjera de pensamiento quiso impulsar en Latinoamérica?, ¿qué quedó de su escuela?, ¿qué características tenían sus seguidores?
Sin duda, los jóvenes que él logró reclutar, empezando por Mirna, compartían rasgos de confusión y desolación respecto de sus antecedentes familiares que marcan sus conductas y los caminos que elijen. En este fárrago de historias negativas no sobreviven ni los sueños, ni la esperanza, ni la espiritualidad, ni la utopía. Todos los que estuvieron en contacto con Echenique no sólo no logran nada de lo que perseguían sino que quedan girando en un vacío y con el pájaro negro que anuncia la muerte revoloteando a su alrededor. Sólo los sostiene el primitivo instinto de supervivencia. Los setenta los pasaron al margen de la movida de la izquierda, detrás de un sueño borroso y extraño.
Esta novela de Ramponelli se conforma desde los bordes hacia el centro de un período histórico que apenas roza. Tanto se ha dicho y se sigue diciendo al respecto; y cuánto queda aún por decir. El autor sólo intenta mostrar otros componentes de aquella maraña de corrientes de pensamiento, intereses y fuerzas que confluyeron en el período más oscuro de nuestra Historia Nacional: el hippismo, la Cofradía de la Flor Solar, el esoterismo, Nietzsche, la masonería, el fenómeno OVNI, el capitalismo, el nazismo, el fascismo, las izquierdas, etc.
El nivel micro de lectura lo sostienen los relatos y testimonios personales de los personajes, su básica y desolada confusión. El contexto son los setenta, el enfrentamiento entre los proyectos de las izquierdas latinoamericanas y el del capitalismo depredador impuesto a sangre y fuego por la dictadura. Ambos proyectos fracasan. El primero por utópico y desgajado del grueso de la sociedad. El segundo por su crueldad, degradación moral e hipocresía.
El nivel macro de lectura es la ubicación del proyecto de Edward Echenique en el contexto regional, un “descuelgue” de cocoliche desde la dualidad de su propio nombre hasta el “patchwork” de su pensamiento nunca claramente explicitado. Como el título lo advierte, son tan sólo “apuntes”. No se pudo o no se quiso llegar a más. Lo cierto es que todas estas prótesis ideológicas, vernáculas o importadas desconocen el concepto de “inconsciente colectivo”, crucial e imprescindible para que las sociedades den un paso adelante en cualquier plano, ya tecnológico, social, político, etc. Todas ellas basan su difusión y éxito en la cooptación y sometimiento del otro o, en su defecto, su aniquilamiento.
Paradójicamente, esta ristra de fracasos a todo nivel son el abono necesario para la construcción colectiva que los grupos bienintencionados estaban buscando y esto no está en el texto de Ramponelli pero sí su honesto intento de aportar elementos dispersos, sutiles, ocultos, curiosamente ignorados bajo el manto de locura y de sangre de ese período reciente, que no termina de pasar porque siempre irrumpe una nueva verdad que nos escandaliza y nos compromete a seguir hasta el final.
Finalmente, esta novela ofrece varias piezas faltantes del rompecabezas que conforma nuestra ardua identidad.